Huir del «Sí claro…» redactando titulares

Una lección de copy fresquita y dinámica

Titulares.

La punta de lanza de tu estrategia.

¿Por qué?

Bueno, no hay que ser un lince para deducir que es lo primero que verá una persona.

Es como en YouTube con las miniaturas y los títulos.

En el caso de un email, no tienes portada, así que te lo juegas todo a una sola carta.

Un titular que plante una reacción en la cabeza del lector.

La más habitual es la curiosidad.

Pero podría ser ganas de sorprenderse, de aprender algo nuevo, ganas de rebatir lo que dice el titular.

Creo que lo pillas.

Ahora bien.

Hoy estaba viendo un vídeo y mencionaban una cosa que dice Isra Bravo en una de sus formaciones.


No dejar que el titular provoque una reacción de «Sí claro».

Isra Bravo.

Ya sabes, esa que tienes mientras pones la misma cara que cuando chupas un limón.

La misma reacción que tienes cuando llama un agente inmobiliario a tu casa y te dice «vengo a dejar la guía del barrio».

Esa táctica ya me la sé, crack.

Pues, bien. Creo, o al menos yo lo entiendo así, que no hay que provocar esa reacción. Pero depende del caso, hay que quedarse cerca.

Me explico.

Si tu por ejemplo entras en la web de una aerolínea y ves: 90% de descuento en todos los billetes.

Básicamente te va a salir un «Sí claro» tan grande como un castillo. Cierras la web, apagas el pc y te pones a ver la tele.

Pero espera.

Porque igual sí que hay un 90% de descuento.

Aquí el point está en anticiparnos a la mente del lector.

Yo por ejemplo me lo imagino de la siguiente forma.

90% de descuento, sí ya, pero ¿por qué?

Si me das un por qué, por muy pobre que sea, igual me lo creo.

Que puede ser algo tan simple como:

90% de descuento en todos los billetes comprados en nuestra web*

*no se aplica el descuento a billetes comprados en webs third party.

Esto ya es otra cosa.

Te diré por qué.

Pero esto es sólo un ejemplo, hay mil variantes.

En este ejemplo, como yo lo veo, estamos afirmando que tenemos un descuento, lo cual activa la parte más sentimental de nuestro cerebro.

Lamentablemente ya nos sabemos esas jugadas, y no surte efecto en nosotros. (contrahechizo de manual)

Pero complementando con un motivo racional la cosa cambia, porque estamos atacando la otra parte de nuestro cerebro.

Las dos caras de una moneda.

A mí me gusta llamarlo el momento «OJO!».

Y Ojo! porque yo no soy psicólogo ni son afirmaciones avaladas por un experto.

En todo caso te lo cuento porque creo que tiene sentido.

Espero que te guste esta lección de copy copiada, que no robada, y nos leemos en la siguiente.

I’ll be back.

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