Mi plan de 3 fases para crearme un curro en internet

Desde que me enteré de que dentro de poco me iba a quedar sin trabajo, mis ganas por emprender han aumentado drásticamente.

Soy de ese tipo de personas que siempre le ha llamado la atención lo de ser autónomo, aunque no tengo a nadie en mi entorno de quien poder aprender ni a nadie que antúe como un referente para mí.

El único que era autónomo era mi abuelo, que se tiró 40 años con el taxi, todo un máquina al volante.

Por desgracia ya hace mucho de eso. Así que supongo que estoy solo en esto.

No me gusta la pesca, pero siempre he pensado que es más fácil pescar un pez si pones tres cañas en el mismo estanque, o si cambias la misma caña de sitio para ir tanteando diferentes zonas.

En eso se basa mi plan.

Como en casa en ningún sitio

La piedra angular de todo negocio online debe ser tu página web.

Eso lo sé, por eso escribo estas líneas.

Hace tiempo que entendí que: porque la gente haga algo, no significa que lo está haciendo bien.

Tener a tus clientes en las redes sociales es como tener 100 peces en una red llena de agujeros.

Están ahí, pero se pueden ir en cualquier momento.

Actualmente estoy trabajando en mi estrategia para enviar correos diarios.

Como bien dice Isra Bravo en su libro. No hay nada más poderoso que el poder de la repetición.

Y la forma más íntima de usar esa repetición con tu público, es a través de la comunicación «en privado».

Ya sea a través de email, un podcast…

En esta nueva etapa me lanzaré a los emails. Ya probé el podcast en su momento, y aunque es una cosa que me gusta, reconozco que es un medio que tarda en arrancar, y mucho más en convertir.

Prefiero invertir ese tiempo en el siguiente punto.

Lo visual siempre está de moda

YouTube, la piedra angular de todo buen plan de creación de contenido en vídeo.

A estas alturas de la película lo he usado todo.

Todas las aplicaciones actuales, con sus pros y sus contras.

Y aunque sé que YouTube es como una arena de gladiadores en la que entras con un palo, las posibilidades que te da YouTube no te las dan las otras redes en vídeo.

Simplemente el hecho de poder hacer SEO ya es un punto muy fuerte.

Es cierto que los vídeos en YouTube no van a tener el efecto cohete que sí tienen por ejemplo en TikTok.

Pero personalmente, prefiero hacer un vídeo de puta madre al mes que 20 vídeos de mierda de un minuto.

La investigación, la creación del guión, la edición…

Todo el proceso creativo es mucho más reconfortante a la hora de crear un vídeo estilo YouTube, al menos así lo veo yo.

Además, lo más importante cuando inviertes tiempo en algo así, es pasarlo bien.

No ganar dinero rápido.

Ni ser el nuevo influencer revelación de Forbes.

Todo eso está bien, pero si no te lo pasas bien en el camino, te acabas quemando.

Y como en tantas otras cosas, los que destacan, son los persistentes. Los que se dejan los huevos en crear un material de diez.

Vender es tan antiguo que da risa

Es necesario hacer un pequeño ejercicio de introspección para darte cuenta, pero ¿por qué tenemos tan grabado en el subconsciente que vender es malo?

A ver, supongo que lo sé.

Es la reacción lógica de nuestra parte más primitiva del cerebro que intenta defendernos de la sensación de sentirnos estafados.

Y está bien…

Pero no tanto.

Quiero decir, es cierto que a lo largo de nuestra vida nos han estafado más de una vez.

A mí.

A ti.

Ninguno de nosotros es especial, nos pasa a todos.

Pero precisamente por eso. ¿Por qué me iba a dar miedo vender a alguien mi servicio?

Sé que voy a dar el 100%, no pretendo engañar a nadie.

Creo que esto es lo que más me costó aprender.

Lo bueno es que me he tirado 5 largos años vendiendo los servicios de los demás.

Y cuando se te cae la cara de verguenza tantas veces porque sabes que lo que vender es una mierda, de repente piensas:

¿Por qué no iba a vender mis servicios?

Sé que es mejor que esta basura.

Y así además no le lleno los bolsillos a alguien que no lo merece.

Esla fina línea que separa un buen servicio de un robo a mano armada.

Supongo que hay un día en que te despiertas y dices:

Después de haberle facturado 3 millones de euros a este mamón, es hora de decir ciao y empezar mi propio camino.

Veremos como se desarrolla esta nueva aventura.

I’ll be back