¿Quién es este tipo?

Hola.

Me llamo Marcos.

Soy copywriter y estratega digital

Te cuento.

No sé si a ti te ha pasado, pero yo siempre he sentido mucha admiración por mis abuelos.

Mis padres trabajaban mucho cuando yo era pequeño y casi siempre estaba con mis abuelos después del colegio.

No me malinterpretes, no lo digo en plan pobrecito.

Para mí, estar con mis abuelos siempre ha sido lo más.

Encima me enseñaron a hacer algo que un niño no valora, pero un adulto sí.

Sin darse cuenta me enseñaron una habilidad que es más antigua que andar para adelante, pero que sigue siendo tan importante hoy como hace miles de años.

El poder de contar historias o…

Cómo convertir lo ordinario en extraordinario

A todos nos pasa, dices algo tipo…

“Te voy a contar una cosa que me ha dicho mi abuelo…”

…y de repente, todos callaos y prestando atención.

¿Por qué?

Porque los abuelos son storytellers natos. Todos lo somos en cierta manera.

Pero los abuelos más, por la experiencia, ya sabes.

Supongo que no puedo hablarte de mí sin contarte algo de mis abuelos. Al fin y al cabo son mis mentores más antiguos.

Voy a contarte 3 historias.

  • Una sobre estar al borde de la muerte
  • Una sobre juntarte con alguien más sabio que tú
  • Y otra sobre la perseverancia y el talento

Son muy breves porque sin conocerte te puedo asegurar que voy a respetar tu tiempo al máximo.

Pero en todas hay una lección muy buena para los negocios. Te lo explico al final de cada una.

#1 No hay win-win cuando te apuntan con un arma

La primera historia va sobre mi abuelo el ornitólogo, es un tipo que se ha criado en el pueblo.

No tenían mucho dinero en casa. Así que de vez en cuando tocaba echarse la escopeta al hombro y salir a buscar algo que echar a la olla.

Un día con 14 o 15 años se metió en un coto privado de caza.

Mi abuelo tiene 80 años, te lo digo para que te ubiques.

Total, entra en el coto y caza dos o tres conejos.

¿Se podía entrar a un coto privado y cazar conejos?

Claro que no.

Pero el hambre es lo que tiene.

Un poco más tarde aparece un guardia civil a caballo.

Antes iban así.

Con una especie de trompetilla para avisar al resto si pasaba algo.

El tipo se encuentra con mi abuelo, que tiene varios conejos atados a la cintura y no tiene licencia para estar allí.

-Chico, ¿tienes licencia?

-No, pero aquí no hace falta, es de caza libre.

-Me temo que no, te has metido en un coto privado.

-Ah vaya, me habré metido sin querer desde el coto libre, pues ya me voy.

-Me vas a tener que dar los conejos, al ser privado no te pertenecen, pero me das los conejos y lo dejamos en que no ha pasado nada.

-Creo que será mejor que me lleve los conejos, los he cazado yo.

-No chico, ¡tienes que darme los conejos si no quieres problemas!

(mi abuelo se descuelga la escopeta y encañona al guardia civil)

-Creo que será mejor que se vaya por donde ha venido.

-¿¡Me vas a disparar!?

-No, pero no quiero problemas…

-…así que dispararé al caballo

-…y después le dispararé a usted

-…me iré a casa y cenaré conejo estofado.

Hoy en día se lleva mucho lo del win-win, ya sabes, hago algo por ti y ganamos los dos.

En todos los años que llevo trabajando me he dado cuenta de que eso no es así.

No funciona

La vida va de relaciones, sí. Pero también va de intercambiar cosas.

El guardia civil no tuvo nada que ofrecer para un win-win, supongo que cuando te encañonan con una escopeta pierdes todas tus armas de persuasión.

Pero lo más importante creo que es tener las cosas claras.

¿Quiero ayudarte en tu proyecto y qué te vaya bien? Por supuesto, pero yo no lo llamaría win-win, yo busco mi propio objetivo.

Quieres mi conocimiento y yo tu dinero y que me recomiendes a otros empresarios.

Y eso sólo se consigue si hago el mejor trabajo posible en mi propio beneficio, que a la vez es el mayor beneficio para ti.

#2 A mí no me apetece correr y mojarme

La segunda historia va de mi abuelo el taxista Me contaba muchas historias, pero las que más me gustaban eran siempre de la misma temática.

Las de la mili.

Si hay algo que pueda decirte de mi abuelo, es que era un listo.

Listo de “hay mira que listo que es el niño, que ha sacado un sobresaliente en mates” no, listo de ser-un-listo, de tener más calle que un bordillo.

Bien.

Mi abuelo, en la mili, estaba en una unidad de pardillos.

Pero por alguna razón, tenían una estrecha relación con uno de los mandos.

(La razón es que jugaban al póker por las noches en la cantina)

Y como tenían mucha confianza con él, le hacían un poco la picha un lío.

Un día el mando recibe una orden del capitán del regimiento.

El mando va al sitio donde los tipos de la unidad de mi abuelo se preparaban para un día duro de entrenamiento bajo la lluvia.

-¡ATENCIÓN!

Todos forman, saludan y esperan órdenes.

-Necesito dos mecánicos de coches, y los necesito ahora. ¿Hay aquí un par de mecánicos?

Un tipo se dirige al mando…

-Señor, yo era mecánico en el taller de mi padre, si necesita arreglar un coche tengo experiencia.

-Bien, ¿hay algún otro?

Mi abuelo (que no había visto un motor en su vida) también avanza…

-Señor, yo de coches no sé, pero he arreglado algunos tractores en el pueblo (mi abuelo no tenía pueblo) si eso le sirve…

-Bueno… si no hay nadie más, me sirve. Vengan conmigo.

El mando se los lleva al taller de la compañía y les explica la situación.

-El capitán necesita que arreglen su coche. El mecánico de guardia no está y necesito el coche arreglado para esta tarde. ¿Pueden arreglarlo?

El tipo que SÍ es mecánico pregunta por la avería, le echa un ojo…

-No hay problema, esta tarde lo tiene.

-Bien, volveré por la tarde.

El mando se va y se quedan sólo el tipo que arregla coches y mi abuelo.

Mi abuelo le pregunta…

-¿Tú lo sabes arreglar entonces?

-Sí, pero tú no eres mecánico, ¿no?

-No

-¿Y lo del tractor?

-Ni idea, es lo primero que se me ha ocurrido.

-¿Y para qué vienes aquí a no hacer nada? Jajajaja

-Porque está lloviendo y no me apetece correr y mojarme jajajaja

Esto que parece una chaladura siempre me ha hecho pensar en una cosa.

Júntate con personas que sepan hacer lo que tú no sabes hacer.

Para vender con textos pasa igual, la gente se cree que puede darle un texto a su sobrino porque sabe escribir, pero eso no es suficiente para llevar a la gente a tu mundo, a tu negocio, a tu bolsillo.

Por eso siempre me he planteado hacer las cosas de tal manera que yo sea el tipo que sabe arreglar coches.

Tú tienes una empresa, sabes de lo que vendes y quieres ganar dinero con él.

Pero vender ese servicio es una profesión en si misma, se llama copywriting cuando quieres vender usando las palabras en páginas de venta, en emails o en una tienda online.

Tú céntrate en lo que se te da bien, los textos para venderlo puedes dejarlo en mis manos.

No soy mecánico, pero soy copywriter.

#3 Por eso sólo hay un Rafael Nadal

La tercera historia va de mí y de como mi abuelo el taxista me da una lección. Una lección que en realidad he entendido muchos años después.

Mi abuelo y yo siempre íbamos a jugar al tenis los sábados por la mañana.

Era muy difícil.

De verdad, el tenis es muy difícil…

Yo era pequeño y él tenía mucha experiencia. Te digo esto porque él jugaba con un niño, pero a veces se le olvidaba.

Se me daba fatal.

Muy muy mal.

Golpeaba la pelota y en lugar de ir hacia delante, iba hacia detrás pero haciendo un arco de uno 5 metros, osea que encima las pelotas se salían de la pista y me tenía que ir cada 2 por 3 a buscarlas.

No entendía por qué mi abuelo me seguía llevando a jugar a tenis en lugar de a otra cosa.

Era muy malo.

Pasaron semanas, después meses…

Llegó un día que me enfadé muchísimo.

Así que le dije que por qué no me llevaba a jugar al fútbol, que era lo normal, lo que hacían todos los chavales.

Me dijo lo siguiente.

-Ya sabes que tengo la rodilla que en cualquier momento puede partir, pero te traigo a jugar al tenis porque el tenis es especial.

-¿Por qué?

-Llevo jugando más de 40 años y cada día aprendo algo nuevo. No pasa nada porque no se te de bien ahora, hay que seguir y seguir, las cosas fáciles no son las más memorables. Mira a Nadal.

(A mi abuelo le flipaba Nadal)

-¿Qué pasa con Nadal?

-No es el tenista más talentoso, no es mejor que Federer, pero es perseverante.

Es un chico que juega a muerte todos los partidos, aunque vaya perdiendo 2 sets a 0, él sigue hasta el final porque sabe que la perseverancia es mucho más poderoso que cualquier otra cosa cuando no tienes un don.

Por eso remonta muchos de sus partidos cuando parece que están perdidos, por eso sólo hay un Rafael Nadal.

Fuaaa, vaya lección de mentalidad para un hombre que se tiró 30 años conduciendo un taxi.

¿Y qué tiene que ver esta historia con los negocios y con el copywriting?

Yo no he sido muy talentoso en prácticamente nada a lo largo de mi vida. Pero me he dado cuenta de que hay dos vías para llegar al éxito.

Tener un don o un talento natural

Esforzarse más que nadie

Yo soy de los segundos. No creo que sea una cuestión de mejor o peor. Lo que está claro es que para ser de los mejores siendo del segundo grupo no puedes ir dando palos de ciego o estar a mil cosas, hay que especializarse.

Igual que Nadal se especializó en el tenis y cada día ha sido un 1% mejor llegando a ser uno de los mejores tenistas de la historia…

…yo me esfuerzo cada día para ampliar mi experiencia y conocimientos un 1% para convertirme en la mejor opción para tu negocio y para tu proyecto.

Siempre teniendo en cuenta las bases y el gran aprendizaje que me dejan mis abuelos y que siempre llevo conmigo

Convertir lo ordinario en EXTRAORDINARIO

Si quieres leer más sobre cosas ordinarias convertidas en extraordinarias que puedes ayudar a tu negocio a mejorar un 1% cada día, es aquí abajo.