Quedan dos meses exactamente para que empiece mi aventura como freelance.
No te voy a mentir.
Tengo miedo.
¿Y quién no?
A ver…
…no es como que quiera echarme atrás. Creo que va a ser algo muy duro. Pero desde luego que es algo que quiero hacer.
Aunque supongo que no por el mismo motivo que la mayoría.
Quiero decir…
Yo también quiero hacerme rico. Jajajaja.
Pero, la verdad, no es mi gasolina en este proyecto.
Mi meta es la libertad. Currar como un cabrón, desde luego. Pero teniendo cierta libertad.
Llevo casi 10 años sin parar de trabajar y siempre he tenido la sensación, en parte, de sentirme como un esclavo.
OJO.
No porque me hayan tratado como un esclavo, de hecho, por lo general me han tratado muy bien en todos los sitios donde he metido el hocico.
Pero digamos que siempre he tenido la espinita clavada de: Ya, esto está bien, pero lo podría hacer dónde y cuándo yo quisiera.
Muy entrecomillado eh.
Pero es cierto que cambiaría una carrera profesional exitosa en una gran empresa, por la libertad de poder ser mi propio jefe.
No me gusta nada esa expresión, pero creo que hay pocas frases que con tan pocas palabras expresen tan bien lo que quiero decir.
Dentro de poco esto terminará y comenzarán los post de LinkedIn y los emails.
No tienes que hacer nada por el momento, ya te avisaré para que sepas donde leerme.
Hasta entonces, nos leemos por aquí.
I’ll be back.